martes, 10 de junio de 2014

2. LA SOCIEDAD CIVIL COMO SOCIEDAD COMUNICATIVA



Proposición expresiva de declaración integral de la ciudadanía desde la argumentación moral. Una licitación que tenga en cuenta las diversas concepciones actuales de la ética podría desarrollarse en diferentes pasos como: Fenomenología de lo moral: es el fenómeno moral fundamental explicado en tres aspectos. Sujeto moral: Este se constituye en la sociedad civil en situaciones problemáticas, en las cuales puede estar o «desmoralizado» o «bien de moral».

La responsabilidad del sujeto moral es de sí mismo y de las situaciones que lo rodean. En este sentido se habla con toda propiedad de una «ética de la autenticidad». Los sentimientos morales: Se dan en actitud participativa en la sociedad civil, los cuales pueden ser analizados a partir de las vivencias tematizadas por la fenomenología husserliana. En este análisis se trata, de todas formas, de dotar a la moral de una base fenoménica sólida, de un sentido de rutina moral, de ternura ética, que inclusive permita caracterizar algunas situaciones históricas en crisis de las personas y otras como prometedoras por la esperanza normativa que se detecta en una sociedad animada por el «punto de panorama moral» de sus miembros.


La dimensión de un derecho moral violado: ¡me has engañado, no hay derecho! Se trata de un vínculo intersubjetivo lesionado y por ello me resiento. Es posible que el «otro» me dé explicaciones; éstas pueden ser plausibles, aceptables o todo lo contrario, por lo cual quizá me resienta todavía más. El resentimiento es muy importante ya se da en relaciones interpersonales. (Yo no me resiento con la escalera en la cual me resbalo, pero sí con quien me empujó) Por otra parte encontramos la indignación la cual es un sentimiento moral, al cambiar de actitud: no se da a quien participa en la acción, sino a quien observa una acción en la cual otra persona lesiona a un tercero.



 Finalmente, el sentimiento de culpa se da a quien participa en la acción y mediante un determinado comportamiento lesiona a otro. Lo importante en relación con estos sentimientos morales y otros semejantes, también los positivos, como los de reconocimiento, gratitud, satisfacción por el deber cumplido, perdón, etc. Por el contrario, debería figurar entre las tareas prioritarias del proceso educativo fomentar en los educandos la sensibilidad moral. Más allá de las situaciones morales «cotidianas» podríamos fijarnos en las situaciones límites, aquellas en las que bien sabemos que se juega el sentido mismo de lo humano, de la vida, de la dignidad de la persona, etc.





Es importante descubrir, tanto en las situaciones menos complicadas como en las más complejas, el peligro implícito de negación de la reciprocidad, del respeto y del pluralismo; y al mismo tiempo, detectar en tales situaciones las posibilidades reales de llegar en ellas al auténtico reconocimiento del otro, desde las raíces mismas de lo humano, que tienen que ver sin duda también con la diferencia de género, con la diferencia de raza, de comunidad y de nación, de cultura, de religión, en una palabra, con el reconocimiento de la heterogeneidad. En efecto, en los contextos mundo vitales de la sociedad civil en los que se confrontan consensos y disensos, es donde se aprende a respetar a quien disiente, a reconocer sus puntos de vista, a comprender sus posiciones, sin tener necesariamente que compartirlos.

Redactado por: Nidia Mayerly Varela Torres

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